Amada Pía, Hoy es 12 de junio y pronto serán las 10:00 AM, creo que es el día más frio a lo que va del año, el termómetro marca -1 grado Celsius. ¿Aún sigues odiando la lluvia, tanto como yo ahora? no sé, pero toda desgracia aun sigo relacionándola con la lluvia. Hace unos días atrás, salí a tomar un daiquiri como solía hacerlo en la juventud mientras llovía poquito, o casi poquito. La Marjorie quería ir a uno cercano al metro Macul, pero al llegar ya no quedaban mesas disponibles más que una que estaba a medio pasillo y que indudablemente sentía que compartía mesa con el de al lado ya que no había una real distancia, así que decidimos partir a otro bar. Pedí un auto y llega un joven con obesidad mórbida que apenas me saludo y partió rápido la carrera, en su volante tenía restos de comida chatarra, bebidas en botellas a medio tomar y un celular conectado a la música que sin duda iba más pendiente del videoclip que de la ruta, a tal punto que casi chocamos en una vuelta que tuvo que dar. Quise bajarme antes y nos equivocamos porque en realidad no era un bar, si no, un local de comida rápida y que la Marjorie se confundió, así que ya comencé a sentir que debía volver a casa ya que todo estaba saliendo mal y bueno, todo lo malo que alguna vez he experimentado ha sido en día lluviosos. ¿seremos nosotras que llamamos a que pasen cosas malas en estos días? no sé, pero las ganas de tomar un daiquiri eran más grandes, así que decidí caminar hasta la estación y tomar el metro que me dejaría en las terrazas... mala idea. Pedí el anhelado Dairiqui en el cual sabia a nada, el ambiente estaba toxico y bueno la marjorie temblaba del frio. Quise que fuéramos las princesas de Disney o el intento, así que nos fuimos antes de las 12:00 PM, decidimos tomar un auto y como hacía frio y la humedad la sentía tanto, tanto al punto que sobrepasaba las zapatillas que compramos en la feria en la zona donde venden todo de dudosa procedencia y que me encanta ir... partimos y tomamos el primer auto que vimos. ¿Recuerdas esto? El chofer estaba muy borracho, apenas podía hablar y pucha, la Marjorie andaba con blusita y una chaqueta de mezclilla (antes muerta que sencilla, en este caso abrigada...) así que de primera instancia no me percate, fue entonces que solo atine a hablarle para que no se quedara dormido, (La casa quedaba a 2 km de distancia del bar, qué más da después de todo...) el tipo no tenía para darme el cambio y tuvimos que acompañarlo a que se comprara un completo para que pudiera darme el vuelto. Al final nunca nos dejó en la casa, nos expuso al peligro y me cobro 3 mil pesos por eso y para más remate, un auto gris nos persiguió en eso que caminábamos para llegar a la casa en una calle oscura y solitaria junto a ella, junto a mi piedra en mi mano y mis zapatillas húmedas... (es que igual fuimos a la botillería de la esquina por un vino para pasar el susto) creo que nos quería asaltar, pero quizás tuvo compasión o le dio miedo mi piedra o quizás ninguna de las dos y solo me encontró pobre para robarme o quizás ninguna de las anteriores. a veces dentro de mi incoherente agnostidad pienso que Diosito me cuida. Amada Pía, ¿aun sigues pensando que la lluvia trae desgracias? no sé, pero dudo que alguna vez deje de exponer mi vida en los días así. quizás, solo quizás, inconscientemente quiero mor¡r y solo busco días lluviosos. (en verdad solo estoy siendo dramática, no te preocupes bebé) espero tu respuesta. Pía, 28 años.
By YoDelFuturo ®
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Amada Pía, Hoy es 12 de junio y pronto serán las 10:00 AM, creo que es el día más frio a lo que va del año, el termómetro marca -1 grado Celsius. ¿Aún sigues odiando la lluvia, tanto como yo ahora? no sé, pero toda desgracia aun sigo relacionándola con la lluvia. Hace unos días atrás, salí a tomar un daiquiri como solía hacerlo en la juventud mientras llovía poquito, o casi poquito. La Marjorie quería ir a uno cercano al metro Macul, pero al llegar ya no quedaban mesas disponibles más que una que estaba a medio pasillo y que indudablemente sentía que compartía mesa con el de al lado ya que no había una real distancia, así que decidimos partir a otro bar. Pedí un auto y llega un joven con obesidad mórbida que apenas me saludo y partió rápido la carrera, en su volante tenía restos de comida chatarra, bebidas en botellas a medio tomar y un celular conectado a la música que sin duda iba más pendiente del videoclip que de la ruta, a tal punto que casi chocamos en una vuelta que tuvo que dar. Quise bajarme antes y nos equivocamos porque en realidad no era un bar, si no, un local de comida rápida y que la Marjorie se confundió, así que ya comencé a sentir que debía volver a casa ya que todo estaba saliendo mal y bueno, todo lo malo que alguna vez he experimentado ha sido en día lluviosos. ¿seremos nosotras que llamamos a que pasen cosas malas en estos días? no sé, pero las ganas de tomar un daiquiri eran más grandes, así que decidí caminar hasta la estación y tomar el metro que me dejaría en las terrazas... mala idea. Pedí el anhelado Dairiqui en el cual sabia a nada, el ambiente estaba toxico y bueno la marjorie temblaba del frio. Quise que fuéramos las princesas de Disney o el intento, así que nos fuimos antes de las 12:00 PM, decidimos tomar un auto y como hacía frio y la humedad la sentía tanto, tanto al punto que sobrepasaba las zapatillas que compramos en la feria en la zona donde venden todo de dudosa procedencia y que me encanta ir... partimos y tomamos el primer auto que vimos. ¿Recuerdas esto? El chofer estaba muy borracho, apenas podía hablar y pucha, la Marjorie andaba con blusita y una chaqueta de mezclilla (antes muerta que sencilla, en este caso abrigada...) así que de primera instancia no me percate, fue entonces que solo atine a hablarle para que no se quedara dormido, (La casa quedaba a 2 km de distancia del bar, qué más da después de todo...) el tipo no tenía para darme el cambio y tuvimos que acompañarlo a que se comprara un completo para que pudiera darme el vuelto. Al final nunca nos dejó en la casa, nos expuso al peligro y me cobro 3 mil pesos por eso y para más remate, un auto gris nos persiguió en eso que caminábamos para llegar a la casa en una calle oscura y solitaria junto a ella, junto a mi piedra en mi mano y mis zapatillas húmedas... (es que igual fuimos a la botillería de la esquina por un vino para pasar el susto) creo que nos quería asaltar, pero quizás tuvo compasión o le dio miedo mi piedra o quizás ninguna de las dos y solo me encontró pobre para robarme o quizás ninguna de las anteriores. a veces dentro de mi incoherente agnostidad pienso que Diosito me cuida. Amada Pía, ¿aun sigues pensando que la lluvia trae desgracias? no sé, pero dudo que alguna vez deje de exponer mi vida en los días así. quizás, solo quizás, inconscientemente quiero mor¡r y solo busco días lluviosos. (en verdad solo estoy siendo dramática, no te preocupes bebé) espero tu respuesta. Pía, 28 años.
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