Mi refugio con nombre propio, A veces siento que hay emociones que no caben en palabras, pero intento escribirte igual, porque hay silencios que merecen ser nombrados y sentimientos que, aunque no necesitan demostración, se honran con la voz. Lo que me une a ti no es el tiempo —ni los días pasados ni las promesas futuras—, sino esa certeza silenciosa que aparece cuando me hablas, cuando me miras, o simplemente cuando estás. Es como si algo en mí reconociera en ti un lugar conocido, una calma segura, una chispa que encaja justo donde debía. Estás en mi mente cuando el día va bien, y aún más cuando no. Estás en esos espacios donde me siento yo misma sin pedir permiso, sin miedo a parecer más o menos. Contigo no tengo que disfrazarme ni ensayar. Solo estar. Y ese es un regalo raro, uno que no se encuentra todos los días. A veces me descubro sonriendo sin razón aparente, y me doy cuenta de que fue algo tuyo lo que lo provocó. Otras, me pasa que quiero contarte algo —lo más mínimo, lo más tonto— y en ese deseo encuentro la prueba más clara de lo importante que te has vuelto para mí. Lo que siento por ti tiene raíces, sí, pero también alas. Me impulsa, me calma, y me hace mirar el mundo con más ternura. No es exagerado, no es urgente. Es real. Vivo. Y eso, para mí, vale más que cualquier fecha. Gracias por estar sin condiciones ni espectáculo. Por hacer de lo cotidiano algo distinto. Por existir con esa forma tuya —sutil, firme, y sin pretensiones— que me desarma sin esfuerzo y me arma de nuevo sin saberlo. Contigo, simplemente, todo tiene más sentido. Tuya, con cariño que no necesita medida, Nataly.
By YoDelFuturo ®
Haz click aqui para escribirte mas cartas.
Mi refugio con nombre propio, A veces siento que hay emociones que no caben en palabras, pero intento escribirte igual, porque hay silencios que merecen ser nombrados y sentimientos que, aunque no necesitan demostración, se honran con la voz. Lo que me une a ti no es el tiempo —ni los días pasados ni las promesas futuras—, sino esa certeza silenciosa que aparece cuando me hablas, cuando me miras, o simplemente cuando estás. Es como si algo en mí reconociera en ti un lugar conocido, una calma segura, una chispa que encaja justo donde debía. Estás en mi mente cuando el día va bien, y aún más cuando no. Estás en esos espacios donde me siento yo misma sin pedir permiso, sin miedo a parecer más o menos. Contigo no tengo que disfrazarme ni ensayar. Solo estar. Y ese es un regalo raro, uno que no se encuentra todos los días. A veces me descubro sonriendo sin razón aparente, y me doy cuenta de que fue algo tuyo lo que lo provocó. Otras, me pasa que quiero contarte algo —lo más mínimo, lo más tonto— y en ese deseo encuentro la prueba más clara de lo importante que te has vuelto para mí. Lo que siento por ti tiene raíces, sí, pero también alas. Me impulsa, me calma, y me hace mirar el mundo con más ternura. No es exagerado, no es urgente. Es real. Vivo. Y eso, para mí, vale más que cualquier fecha. Gracias por estar sin condiciones ni espectáculo. Por hacer de lo cotidiano algo distinto. Por existir con esa forma tuya —sutil, firme, y sin pretensiones— que me desarma sin esfuerzo y me arma de nuevo sin saberlo. Contigo, simplemente, todo tiene más sentido. Tuya, con cariño que no necesita medida, Nataly.
By YoDelFuturo ®
Haz click aqui para escribirte mas cartas.